La elección del suelo de danza adaptado a sus necesidades es determinante para los profesionales de la danza.
El suelo de danza es la herramienta principal de los bailarines. Harlequin ha desarrollado todas sus tarimas y todos sus tapices de danza en estrecha colaboración con los bailarines para que estén adaptados a sus necesidades.
El suelo de danza ideal consta de dos elementos: la tarima de danza, que confiere amortiguamiento y rebote, y el tapiz de danza, que se coloca encima y se elige según el soporte, el (los) tipo(s) de danza y el modo de colocación (portátil, permanente o semipermanente).
La calidad de una tarima de danza depende de su homogeneidad y de la ausencia de puntos duros. Las tarimas Harlequin, instaladas a tresbolillo sobre bloques de elastómero, reducen los puntos de rigidez presentes en los suelos tradicionales de listón doble, que hoy en día se consideran obsoletos.
Cuando Nuréyev ensayaba en un nuevo lugar, seleccionaba su “plancha”, como decía él, palpando con la mano. De hecho, ubicaba los lugares situados entre los listones que le procuraran un amortiguamiento suficiente. De esta manera, trataba de evitar los puntos duros, situados en las intersecciones de los listones. Esta anécdota nos recuerda lo poco uniforme que resulta la amortigüación del sistema de listones dobles. Con los suelos de danza Harlequin, los bailarines se sienten completamente seguros sobre el piso, pudiendo así concentrarse exclusivamente en la coreografía.
Los suelos deportivos, también llamados “comerciales”, tampoco están adaptados en modo alguno para la danza y carecen de las características inherentes a la definición de lo que los bailarines llaman un “buen suelo de danza”. Solo los suelos especialmente diseñados y desarrollados para la práctica de la danza cumplen estos requisitos.
Para obtener más información, un consejo o una opinión, le invitamos a ponerse en contacto con nuestro servicio comercial llamando al número gratuito 00 800 90 69 1000 o por correo electrónico: info@harlequinfloors.com