El conservatorio “Antonio Ruiz Soler” se ubica en Sevilla una de las ciudades más hermosas y visitadas de España. Toma el nombre del ilustre bailarín sevillano conocido artísticamente como Antonio el Bailarín, bailarín, bailaor de flamenco, coreógrafo y director artístico.
El gran legado histórico, cultural y artístico que se ha desarrollado a lo largo de los siglos, en una ciudad llena de tradiciones y cultura popular, le confiere personalidad propia, haciendo de ella un lugar donde prospera el arte en general, destacando manifestaciones artísticas como la danza y la música.
El edificio principal, el Pabellón de Argentina, se encuentra ubicado muy cerca del casco histórico de la ciudad, próximo a la Torre del Oro, la Plaza de España y la Catedral y fue construido con motivo de la exposición universal de 1929. Todo ello hace que nuestro conservatorio sea algo más que un lugar de referencia en la formación de la danza, constituyendo uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. El centro cuenta un equipo docente de 76 personas y 28 aulas de danza, además de un teatro. Recientemente ha sido renovado con la tarima flexible de danza Harlequin Flexity TM y el tapiz polivalente modelo Harlequin Duo Pro TM.
Carmen Segura, directora del Conservatorio nos comenta: “Nuestras enseñanzas se organizan en dos etapas. Las enseñanzas básicas, dirigida a niñas y niños de entre 8 y 12 años, cuya finalidad es la formación integral en todas las disciplinas de danza y las enseñanzas profesionales, en las que el alumnado se especializa en una de nuestras especialidades como son el ballet clásico, danza contemporánea, danza española o baile flamenco, para afrontar una carrera profesional. Nuestro centro apuesta por todas aquellas facetas que no son meramente formativas, fomentando la apertura del conservatorio al exterior y comprometiéndonos con la investigación y la innovación”.
“Actualmente, el Conservatorio cuenta con más de 700 alumnos y alumnas matriculados, siendo un orgullo para el equipo directivo el haber contribuido a la formación de bailarines de todas las especialidades de danza que han cosechado éxito a nivel nacional e internacional”.
Por otra parte, estudiar baile flamenco en una ciudad como Sevilla, que es cuna de este arte y cultura viva en sus barrios, calles y gente, permite impregnarse de la esencia y el espíritu de esta manifestación artística Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.